Nuestros recorridos por el territorio llevando la propuesta del colectivo Tren Ecuador nos han conducido a Alausí, en donde nos impacta la majestuosidad de la naturaleza que una vez vio Simón Bolívar cuando escribió “Mi delirio sobre el Chimborazo”. Enclavada en un paisaje verde, rodeada por montañas donde la naturaleza manifiesta su imponencia, nos da la bienvenida la estación del tren con la obra pictórica de la historiadora y artista plástica Cecilia Piedra y las locomotoras que se han quedado detenidas, dormidas, como en el cuento de la “Bella Durmiente” esperando que el beso de algún príncipe encantado, que en este caso es la voluntad del gobierno, las despierten nuevamente.
Rehacer el tejido social significa que debemos rescatar nuestra identidad: escuchar el pitazo del tren nuevamente, apoyar las manos creativas de nuestros artesanos, trabajar honestamente y producir, vincular a las comunidades en paquetes turísticos para promocionar los hermosos lugares que adornan nuestro territorio. Es creer en nuestro potencial y desarrollarlo para progresar. La gran mayoría tiene el deseo de renacer y que se impulsen proyectos interesantes para comenzar a mover la economía.
El Alcalde de Alausí manifestó su interés en escuchar la propuesta del Colectivo Tren Ecuador y en general se notó entre los ciudadanos y personeros municipales un espíritu que les une e identifica desde la forma de saludarse: “Hola, ñaño”, “cómo estás, primo”, son expresiones coloquiales que hablan de su sentimiento de hermandad por compartir un pasado reciente como pueblo ferroviario. Todos añoran esa experiencia.
Esto debe articularse cuando la rehabilitación del tren sea una realidad: será el gran integrador de la cultura, economía y producción. Por eso seguimos empeñados en la difusión de esta cruzada nacional y haciendo un llamado para integrar al resto de las provincias en este esfuerzo.
